domingo, 9 de marzo de 2008

SALTO AL VACIO

(la profesión revisitada: parte final)

En el post anterior termine así: “…su vocación simbolizaba su felicidad y yo, que andaba en búsqueda ya no de vocación pero de felicidad quede estupefacta ante lo asquerosamente obvio que era todo: TENÍA que ser bióloga.”

En este punto debo hacer una aclaración. ¡Ojo! No soy una pescadora de carreras profesionales, o una loca sin vocación en búsqueda de lo que se presente. Las ciencias siempre me gustaron pero las artes me arrollaban la existencia, así que jamás le preste atención a las ciencias. Una vez en la Pre, disfrutaba algunas clases, que eran las de Biologia, pero repudiaba las de Anatomía o las de Fisiología Humana. Creo que cuando repudias tanto, todo lo que viene junto con eso (en este caso las otras clases), hacen un solo paquete odioso.

En fin, andaba yo entonces en plena realización que la Biologia podía ser lo mío, ya que las Artes se me negaban mas por razones practicas que ideológicas, cuando mi mama súbitamente tuvo una revelación: me tenia que ir del país pues si tenia que dar un examen de admisión a la Universidad, jamás seria Bióloga.

Yo personalmente creo que mas que una revelación fue una conclusión que saco basada en esas certezas que ella venia acumulando sobre mi desempeño académico y que empezaban desde básicamente los últimos años de la primaria y culminaban en el ultimo año de la secundaria. ¿Cuales certezas? Pues que yo había sido una maestra en las artes ocultas de copiar en los exámenes pues ella no se explicaba cómo había terminado con tan buenas notas y nunca me vio estudiar-estudiar (como diría ella), sino mas bien hojear mis cuadernos y luego seguir dibujando.

[Su Señoría] En mi defensa debo decir que no solo no sabía copiar en los exámenes sino que ni siquiera podía “soplarle” a alguien pues el terror de lo ilegal se apoderaba de mí y apenas si podía inflar mi pecho para seguir respirando. Con las gotas de sudor cayendo por mis sienes y el temblor casi “parkinsoniano” en las manos, moría de horror cada vez que alguien me decía: “ la 1, cuales es la 1?”. En ese momento sentía un súbito agarrotamiento del cuerpo (a lo Chavo del 8) y sentía que si movía ½ mm alguna parte de mi cuerpo, todos se darían cuenta que estaba “soplando” o peor aun, imaginarian que estaba “copiando”.

Claro, al finalizar el examen, los amiguitos de la escuela me mandaban al carajo mientras decían:

-Por TU culpa me van a jalar. ¿Porque no me soplaste?

No me quedaba otra que decir que no había estudiado y que estaba adivinando las respuestas y que para soplar mal pues mejor no soplar y ya.

Con esto en el record [Su Señoría], debo decirle a mi queridísima y adorada madre una y otra vez: ¡No mami, no me copiaba, en serio, solo que se me hacia fácil y ya!

En fin, ese cúmulo de certezas que mi madre tenía tomó cuerpo en su determinación a mandarme a otro país a estudiar. ¿Que país? Argentina, donde mi hermano empezaba a estudiar Ingeniería Aeronáutica. Lo único que pensé fue: ¡Gracias Diosito lindo precioso, me largo a Argentina a vivir!! Con 17 años a cuestas y la determinación a buscar mi independencia de esta manera me apersone al consulado gaucho a solicitar mi admisión a la Universidad. Allí empezaron los primeros líos: las preferencias intra-vocacionales, o sea, qué estudiar dentro de lo que quería estudiar (aka. “especialidad”)

Cuando estaba llenando los formularios y demás papeles para poder obtener un cupo a la Universidad en Argentina, el representante consular me hizo una seria de preguntas.

- ¿Ciudad donde va a estudiar?. La Plata

- ¿Carrera a estudiar?. Biologia

- ¿Especialidad u orientación?. Perdón?

- ¿Especialidad u orientación? (tic, tac, tic tac)

(Me demore unos segundos en contestar mientras todo esto pasaba por mi mente:

Estaba yo mejor que paracaidista en esta carrera así que además de saltar del avión ¿también tenia que elegir el lugar de aterrizaje, la forma de caer y la hora de caída? ¿Especialidad? ¿Que, la biologia no es biologia y ya? No pues mamita, “las ciencias de la vida” son diversas y numerosas así que hay que refinarse. Y así, en ese momento, hice una búsqueda en mi disco duro mental de 5MB de memoria y busque. A ver, a ver, ¿qué me gustaba de las clases de Biologia? Hummm. ¡Ah si! Me gustaba la clase de genética.)

- Me voy a especializar en GENETICA (y hasta lo dije con clase y seguridad)

- Ok, pues en esa especialidad será, si es que la Universidad la tiene. Mil gracias, Buenos días.

Obvio, la Universidad no ofrecía la especialidad de genética y cuando el representante consular se vio con las especialidades que tenia esa facultad tuvo que tomar una decisión que no permitía titubeos. Una decisión que afectaría mi vida por los siguientes 5 años. Ahora, esa decisión fue tomada por una persona que sabía tanto de Biologia y sus especialidades, como yo se de protocolos y asuntos consulares: ¡TRES PEPINOS!

Así que decidió salomónicamente que entre Zoología, Botánica, Paleontología y Ecología lo que mas se le parecía a el a la Genética era Paleontología (¡¿?!) y allí me inscribieron.

Yo iba a ser Paleontóloga (y te lo juro mami, yo no me copiaba...)


(ilustración de Edward Gorey)

2 comentarios:

Erick García dijo...

que bueno post jajaja... yo ta termine derecho pero toda la carrera estuve así... sobre todo cuando se trataba de volver a la literatura

Tor...tu...ga dijo...

Pues ves Erick que el beneficio de todo esto esta en el hecho de saber algo por profesion y otra por vocacion. Aunque en mi caso he ido perdiendo mis habilidades artisticas y las telaranhas de mi creatividad son cada vez mas dificiles de remover.
Gracias por entrar y comentar